- Raciones: 12 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 90
- Tiempo de Cocinado: 20
- Calorías: 450
- Dificultad:
Fácil
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La Navidad viste las mesas con dulces de un atractivo fatal, rebosantes de calorías dispuestas a instalarse indefinidamente en el abdomen; sin embargo, los bollos de Santa Lucía podrían ser la excepción, sin que, evidentemente, supongan una opción inocua. Más allá del conteo de calorías de la Pascua, nos encontramos con unas fechas sublimes para demostrarle al mundo nuestra habilidad repostera, haciendo al resto partícipe de la pecaminosa naturaleza del dulce.
Denominados a menudo bollos de azafrán, o saffransbullar, pues se trata de un bollo sueco, suelen consumirse sobre todo el 13 de diciembre, en honor a Santa Lucía. Probablemente, la tradición naciera en el año 1600, en Alemania, cuando, según la leyenda, el diablo, disfrazado de gato, jugando al engaño, se movía entre los niños para pervertir su espíritu. Jesús, como salvador del hombre, repartía unos bollo de color dorado entre aquellos que conseguían no sucumbir.
Incluso, hay quien, echándole un poco de imaginación, establece un vínculo fonético entre el nombre de Lucía y Lucifer. Adoptan, como el demonio, diferentes formas, siendo la S la más frecuente, no obstante, también las dos S cruzadas formando una cruz resultan habituales. Quizá el elemento diferenciador, por ajeno a la repostería, sea el azafrán, una de las especias más caras y apreciadas del mundo. A diferencia de otras, su valor a lo largo de los años no ha cambiado.
Tanto es así, que no son pocos los obradores que confieren el característico color dorado a los bollos empleando colorante en sustitución del azafrán, desvirtuando la propuesta. A decir verdad, no es necesaria una cantidad grande, ni siquiera recomendable, pues el azafrán, usado de manera indiscriminada, impregna un sabor fuertemente yodado. Originales y atrevidos, estos bollos de Santa Lucía captarán la atención de tus invitados, llamándoles irremediablemente a pecar.
Ingredientes
Instrucciones
- Arrancaremos calentando la leche en un cazo junto a las hebras de azafrán, preferiblemente, un azafrán de La Mancha, mucho más fragante que el iraní, un sucedáneo que dista bastante del producto del nacional. Infusionaremos hasta que la leche se tinte, encapsulando la grasa, el aroma y sabor inconfundible de la especia. Con la leche templada, incorporaremos la levadura fresca.
- Recuerda que si supera los 60º, corres el riesgo de que la levadura muera, por lo que cerciórate de que no supere, preferiblemente, los 35 °C. Aparte, en otro recipiente, mezclaremos la harina con el cardamomo, seguida del azúcar y la salsa. A continuación, verteremos la leche y el huevo batido, amasando primero con una lengua, para más tarde volcarla en una mesa de trabajo enharinada.
- Amasaremos hasta obtener una masa de aspecto suave y liso, formando una bola que dejaremos fermentar dentro de un bol o túper ligeramente engrasado el tiempo suficiente como para que duplique su volumen inicial. Tápala para evitar que el aire la reseque. Transcurrido el tiempo necesario, devolveremos la masa a la mesa de trabajo, desgasificándola sutilmente con los nudillos.
- Dividiremos la masa en 6 partes iguales, pesándolas para lograr uniformidad en todas las piezas. Les daremos forma de ese, uniendo bien los extremos para evitar que lleguen a abrirse cuando cuezan en el horno. Colocaremos una pasa o cereza seca asegurando cada, disponiendo los bollos en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado o reutilizable tapete de silicona silpat.
- Pincelaremos cada bollo con un huevo batido, dejándolos fermentar, cubiertos con un trapo húmedo 30 minutos, o hasta que hayan subido lo suficiente. Con el horno precalentado a 180º, con calor arriba y abajo, sin la función de aire, hornearemos los bollos a media altura, volviendo nuevamente a pincelarlos con huevo. Transcurridos alrededor de 20 minutos, estarán listos.
- Antes de consumirlos, los acomodaremos encima de una rejilla para que se enfríen por completo. Este tipo de masas decaen rápidamente, siendo su fecha de consumo preferente máximo 48 horas. En caso de que no dispongas de cardamomo, puedes reemplazarlo por nuez moscada.
- ¡Qué aproveche!
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