- Raciones: 12 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 12
- Tiempo de Cocinado: -
- Calorías: 280
- Dificultad:
Fácil
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Los españoles que tuvieron la suerte de vivir su infancia entre finales de los años 70 y principios de los 90, recordarán con nostalgia la icónica marca Nocilla, perteneciente al grupo Starlux. Esta crema untable a base de cacao, azúcar y avellanas, estaba inspirada en la ya exitosa Nutella, del grupo Ferrero, que comenzó su andadura en 1946. Prieto Ferrero, un afamado repostero de la pastelería Alba, emplazada en Piamonte, tuvo un brote de inspiración que lo catapultaría a la fama.
Terminada la mayor contienda bélica de la historia, la escasez de cacao golpeaba impasiblemente Italia, momento que aprovechó Ferrero para, en un alarde de creatividad, dar forma a una pasta dulce presentada en barra que fue bautizada como Giandujot. Efectivamente, estaba hecha a base de azúcar, una ínfima cantidad de cacao, y las avellanas, el elemento diferenciador. Para 1951 Prieto ya vendía su producto con el nombre comercial SuperCrema Giandujot a través de Ferrero.
Su hijo recogió el testigo legado de su padre, continuando en 1963 con la expansión del negocio al resto de Europa, registrando la crema de avellanas con su nombre actual; Nutella. La voz inglesa nut significa literalmente avellanas, unida al sufijo latino ella. Asimismo, modificó la fórmula para que pudiera venir presentada en un cómodo formato, dentro de un frasco. Desde entonces, multitud de empresas han tratado de copiarla con un éxito, digamos, cuestionable.
No obstante, como ocurre con la mayoría de productos ultraprocesados, la Nutella, como su homólogo español, la Nocilla, ha caído presa de la reducción indiscriminada de costes. Esto se traduce en una menor cantidad de avellanas y cacao, con un incremento del azúcar, desvirtuando en buena medida la idea original. Por suerte, para nosotros, llevar a cabo una deliciosa crema de avellanas natural en casa es una tarea sencilla y muy gratificante. ¡Te lo cuento a continuación!
Ingredientes
Instrucciones
- Encontramos una selección de ingredientes muy específica, aunque salvo las avellanas, el resto son susceptibles de ser reemplazados por opciones similares. Por ejemplo, el aceite de coco, por cualquier otro aceite vegetal, el cacao, por chocolate puro al 70%, o el azúcar moreno, por azúcar blanquilla. La cocina es sobre todo improvisación y aprovechamiento. ¡Experimenta sin miedo!
- Antes de empezar con la receta, es preciso matizar ciertas cosas. Primeramente, en lo relativo a la materia prima principal, o sea, las avellanas. En los supermercados podemos encontrarlas directamente tostadas, sin embargo, es posible que queramos ahorrarnos un dinérico y tostarlas en casa. Esparciremos las avellanas sin cáscara y sin amontonar sobre una bandeja de horno.
- Precalentaremos el horno a 180º, y una vez haya tomado la temperatura deseada, introduciremos la bandeja a medida altura, alrededor de 20 minutos. Transcurrido el tiempo, abriremos el horno y removeremos las avellanas para que el tostado sea uniforme, dándoles unos 5 o 10 minutos más. Con ellas tostadas, será mucho más fácil retirar esa fina cáscara de color marrón que las recubre.
- Es posible que también te estés preguntando sobre la variedad más recomendable, siendo la Negret probablemente la más frecuente en el mercado español. Destaca por su calidad notable, y junto a la Pauetet, representan el tipo comercial negreta, gozando incluso de cierto prestigio internacional. Igualmente, obtendrás buenos resultados independientemente de la variedad.
- Por último, y no por ello menos importante, necesitaremos de un procesador de alimentos o robot de cocina en función de la textura buscada. Cuanto más fina, sedosa y desprovista de grumos queramos la crema, tanto más potente tendrá que ser el aparato que la triture. En una batidora o robot, añadiremos las avellanas tostadas y peladas, moliéndolas hasta lograr una pasta.
- Iremos agregando el aceite en estado líquido, por lo que, si nos decantamos por el de coco, en mi opinión, una de las mejores alternativas, lo calentaremos previamente unos instantes al microondas. Seguidamente, incorporaremos el cacao en polvo, junto al azúcar y la leche, batiendo hasta que los ingredientes se integren y la crema quede totalmente homogeneizada y lista.
- Opcionalmente, y aunque no sea santo de mi devoción, hay quien la aromatiza ligeramente con vainilla, ya sea con extracto, echando una cucharadita, o infusionando una vaina en la leche. Trasladaremos la crema a un tarro ayudándonos de una lengua o similar, y lo cerraremos herméticamente, refrigerándolo al menos dos horas de su consumo. ¡Ten paciencia!
- ¡Qué aproveche!
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