- Raciones: 14 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 25
- Tiempo de Cocinado: 45
- Calorías: 185
- Dificultad:
Fácil
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España tiene una imagen de marca sobresaliente, sobre todo en lo que a gastronomía se refiere. De entre todas las pecaminosas dulcerías que destacan en nuestro país, los Miguelitos de La Roda son una de las más apreciadas. Elaborados con una base de hojaldre rellena de crema pastelera y salpicados con una fina capa de azúcar glas, este peculiar pastelito cuenta con 70 años de historia.
La localidad albaceteña de La Roda acogía en su seno a Manuel Blanco, un pastelero entregado al oficio que decidió homenajear a un amigo íntimo llamado Miguel, entregándole un regalo esmeradamente preparado con sus manos. Así, dio forma a este dulce que entusiasmó tanto a los presentes, que el obrador se puso a fabricarlos en masa, suministrando esta ofrenda a todos los habitantes de la localidad. Cariñosamente, convinieron apodarlo Miguelito en honor a este amigo.
Siguiendo la estela del pionero Manuel Blanco, la empresa de Pepe Ruíz, más tarde renombrada como Miguelitos Ruíz, industrializó todo el proceso de manufacturación de los Miguelitos. Lejos de acomodarse en el clásico por excelencia relleno de crema, comenzaron a producir una serie de variantes que han tenido una celebrada acogida entre los rodenses. Actualmente, los Miguelitos de turrón de Jijona y los bombón y bombón blanco son tan demandados como el original.
Tal es el furor que despertaron los Miguelitos, que el mismo ayuntamiento de La Roda registró la patente en 2015, por lo que solo en esta localidad es posible vender el producto bajo dicha designación. No obstante, nada nos impide prepararlos en casa para consumo propio, o incluso comercializarnos con otro nombre. La receta original partía de materias primas naturales, desvirtuándose con el paso del tiempo, añadiendo grasas vegetales y conservantes.
Pese a que esto no haya restado popularidad a este bocado hojaldrado, su calidad ha disminuido ante su incesante demanda, convirtiendo un producto artesanal en uno industrial. Con esta receta descubrirás el auténtico y genuino sabor que imaginó Manuel Blanco en los años cincuenta, conservando intacta la esencia de la mejor confitería española. ¡Atrévete, con muy fáciles de preparar y gustan a todo el mundo! Bastan un puñado de ingredientes de uso común.
Ingredientes
Instrucciones
- Arrancaremos con la crema pastelera. Primeramente, diluiremos la fécula de maíz en 50 ml de leche, desliéndola por completo. Aparte, en un bol, batiremos con una varilla el huevo junto al azúcar, blanqueándolo y espumándolo, lo que nos llevará alrededor de 10 minutos. Reservaremos mientras vamos calentando en un cazo pequeño el resto de la leche a fuego mínimo.
- Incorporaremos los aromáticos, a saber: la ramita de canela, la piel de naranja y la del limón, procurando no arrebatar la parte blanca de los cítricos, la cual resulta amarga. Cuando comience a hervir, inmediatamente y antes de que la leche se desborde, la apartaremos del fuego, momento en el que agregaremos el huevo que habíamos batido anteriormente con el azúcar.
- Batiremos enérgicamente homogeneizando la mezcla, regresando el cazo al fuego, habiendo retirado previamente las pieles y la rama de canela. No pararemos de remover en ningún momento, manteniendo el fuego medio - bajo, observando como poco a poco la crema coge cuerpo. Una vez arranque a hervir de nuevo, la retiraremos del fuego.
- Continuaremos moviendo un par de minutos más, hasta conseguir una brillante, densa, suave y aterciopelada crema pastelera. Verteremos el resultado en una manga pastelera, cerrándola y dejando que se atempere, para más tarde refrigerarla al menos un par de horas antes de su uso. Entre tanto, extenderemos la plancha del hojaldre, dividiéndola en porciones iguales.
- Cortaremos cuadrados perfectos de aproximadamente 5 cm de lado. Extenderemos las piezas sobre un papel sulfurizado o silpat, y este a su vez lo colocaremos encima de una bandeja de horno. Precalentaremos el horno a 200º y lo hornearemos a media altura por unos 15 minutos. Transcurrido el tiempo, los retiraremos y dejaremos enfriar en una rejilla antes de su rellenado.
- Sacaremos la crema pastelera del frigorífico, manoseándola unos segundos para que agarre algo de temperatura. Valiéndonos de un cuchillo de sierra perfectamente afilado, cortaremos los hojaldres a la mitad, rellenándolos generosamente sin apurar demasiado los bordes. Al mismo tiempo, calentaremos la miel en el microondas con un chorrito de agua.
- Con este almíbar pincelaremos la superficie de los Miguelitos, para posteriormente cubrirlos con una lluvia de azúcar glas. Emplea un cedazo o colador para esta tarea, tupiéndolos muy ligeramente, sin que se dé lugar a una costra densa. Te aconsejamos consumirlos con moderación, ya que están deliciosos y sentirás un deseo irrefrenable por comerte toda la bandeja.
- ¡Qué aproveche!
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