- Raciones: 35 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 45
- Tiempo de Cocinado: 30
- Calorías: 90
- Dificultad:
Fácil
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Los alfajores españoles, también conocidos como alfajores andaluces, son un dulce típico de las fechas navideñas, las mismas que acostumbran a agasajarnos con multitud de delicias en formato bocado.
Acostumbramos a comprar en los supermercados la mayoría de dulcerías, entre las que encontramos habitualmente los mazapanes, los polvorones y el ansiado Roscón de Reyes, a decir verdad, se trata de elaboraciones sencillas, que pudiéndolas realizar en casa, resultarán además de mucho más ricas, también notablemente más saludables.
Quizá los alfajores españoles no gocen de la popularidad de los otros citados, pero quien bien los conoce, aprecia sus sutilezas; la miel, las avellanas, las almendras y las especias.
Los aficionados a la gastronomía probablemente empiecen a sospechas sus orígenes, pues estos son ingredientes que vertebraban la gastronomía de la Andalucía morisca. Medina Sidonia, antigua capital repostera de Al - Andalus, recogió el testigo legado por los musulmanes, volviendo a poner en órbita este peculiar manjar.
Tanto es así, que actualmente presume de ser el mayor fabricante nacional de alfajores, ostentando como reconocimiento de esta proeza, un sello distintivo de calidad, concretamente el IGP (Indicación Geográfica Protegida).
Con la llegada de los españoles a América, los alfajores se extendieron por todo el continente, medrando sobre todo en Argentina, donde son enseña nacional.
Cómo hacer alfajores españoles
La receta de los alfajores ha sufrido algunas transformaciones, a lo largo del tiempo y el espacio, no obstante, he conseguido rescatar una receta bastante fiel a la original.
El alfajor español o andaluz es una barrita de unos 15 cm, de largo, compuesta por una serie de frutos secos, a los que se añaden miel y aglutinantes naturales, a los que se da forma y espolvorea con un poco de azúcar glas.
¡No necesitan horno! Eso sí, recomiendo un procesador de alimentos o batidora con cierta potencia, ya que tenemos que moler las almendras y las avellanas hasta obtener una harina fina.
No escatimemos en la calidad de la miel ni de las almendras, que preferiblemente será de la variedad marcona.
Ingredientes
Instrucciones
- Comenzaremos preparando un jarabe, como siempre, con proporciones parejas, al 50 % o TPT (tanto por tanto). En una reductora echaremos los 60 ml. de agua y la misma cantidad de azúcar blanquilla, llevándolo a ebullición, lo que facilitará la disolución del azúcar. Cuando arranque a hervir, bajaremos el fuego al mínimo y contaremos 10 minutos, hasta que tome consistencia. Reservaremos.
- En una bandeja universal de horno, colocaremos un papel sulfurizado o silpat, y extenderemos uniformemente los frutos secos, sin apelotonarlos. Tostaremos los mismos en el horno con la función grill o resistencia superior, colocando la bandeja en la cuarta posición. Los tostaremos, lo que no nos llevará más de unos pocos minutos, por lo que tendremos que estar muy pendientes de ellos.
- Una vez hayan tomado color, los sacaremos del horno y dejaremos enfriar. Posteriormente, los introduciremos en una procesadora de alimentos o batidora con utensilio para picar. Moleremos para conseguir un polvo fino, similar a una harina. Si no tuviéramos posibilidad de hacerlo nosotros mismos, en los supermercados es frecuente encontrar harina de almendra.
- En un mortero macharemos los clavos de olor, reduciéndolos también a un polvo fino. Aparte, en una sartén amplia, daremos un hervor rápido a la miel, retirándola rápidamente del fuego en el momento que comience a hervir. Seguidamente, incorporaremos a esa misma sartén los frutos secos molidos, el sésamo, las especias, el pan rallado y el jarabe reservado anteriormente.
- Removeremos y mezclaremos bien integrando todos los ingredientes, resultando una masa bastante pegajosa y moldeable. Verteremos la masa a un papel de horno, lo que evitará que se pegue o ensucie la encimera. A continuación, dividiremos la masa en unas 35 partes aproximadamente, pesando individualmente cada porción con el objetivo de lograr alfajores del mismo tamaño.
- Con las manos, iremos tomando estas porciones y boleándolas, formando un cilindro perfecto ligeramente achatado en las puntas. Compactaremos bien, o de otro modo podrían deshacerse en el fragor de la batalla. Los dispondremos nuevamente en una bandeja forrada con papel de horno. Entretanto, cocinaremos del mismo modo otro jarabe, esta vez con 100 g. de azúcar y 100 g. de agua.
- Tras retirarlo del fuego, lo dejaremos templar un poco. Finalmente, pasaremos cada alfajor por el jarabe, cerciorándonos de que no carga demasiado, escurriéndolo correctamente para eliminar el exceso. Solo nos queda espolvorear con un colador el azúcar glas, cubriéndolos con una finísima capa. No olvides dejarlos secar al aire un par de horas, permitiendo que se solidifique el jarabe con el azúcar.
- ¡Qué aproveche!
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