- Raciones: 12 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 30
- Tiempo de Cocinado: 30
- Calorías: 350
- Dificultad:
Fácil
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Hay combinaciones que brillan con luz propia; como el plátano y el chocolate. Parejas inseparables que sucumben a infinidad de recetas, a menudo destinadas a los paladares más golosos.
Eventualmente, el bizcocho de plátano y chocolate, se suele coronar con unas nueces. Existen muchas formas de llevar a término esta receta, unas más saludables que otras.
Queremos presentar en esta ocasión una receta de bizcocho de plátano y chocolate que, sin ser del todo fit, nos hará sentir mucho menos culpables.
El placer dulce no tiene que ser necesariamente insalubre. En los últimos años, han surgido alternativas muy interesantes al azúcar y la harina de trigo, que son los dos elementos más elementales de la repostería, y los que más pueden llegar a comprometer nuestra dieta.
El eritritol, como sustitutivo del azúcar, es sin duda una de las opciones más interesantes recomendada por muchos nutricionistas, aunque también de las más caras. Es un polialcohol extraído de manera natural de la fruta y la fermentación de alimentos.
Para sustituir la harina de trigo, se suelen emplear otras harinas menos refinadas y procedentes de otros cereales, siendo muy frecuente la harina de avena integral, que será la que empleemos en esta elaboración.
La elección no es arbitraria, y obedece a la perfecta sinergia que se establece entre el plátano, el chocolate y la avena.
Cómo hacer un bizcocho de plátano y chocolate
Esta receta resulta especialmente sencilla y resultona, ideal para todos aquellos que empiezan a hacer sus primeros pinitos en la repostería y buscan sorprender. El
bizcocho de plátano y chocolate puede ser el protagonista de un exquisito desayuno o de una divertida merienda.
Tengo el pleno convencimiento de que pasará a formar parte de tu recetario habitual.
Ingredientes
Instrucciones
- Antes de nada pondremos a precalentar el horno, con calor arriba y abajo, a 180ºC.
- En un bol grande mezclaremos en primer lugar todos los ingredientes secos, salvo el azúcar. Tamizaremos entonces la harina de avena, la levadura, la sal y el cacao en polvo, con la ayuda de un cedazo o colador.
- Aparte, en otro bol, cascaremos los 3 huevos. No será necesario en este separar las claras para montarlas, ya que con la acción de la levadura química será suficiente para obtener una masa aireada.
- Batiremos los huevos enérgicamente, empleando para ello unas varillas, bien manuales, o si tuviéramos, mucho mejor, unas eléctricas. En el caso de que tengamos que hacerlo manualmente, estaremos batiendo al menos durante 4 minutos. Los huevos batidos aportan ligereza y burbuja al bizcocho, por lo que cuanto más los agitemos, tanto mejor será el resultado.
- Cuando los tengamos a punto, agregaremos el azúcar, eso sí, poco a poco. También incorporaremos el limón rayado. En este punto, una vez estén integrados todos los ingredientes, añadiremos también el aceite. Aconsejamos, que para obtener una mezcla más homogénea, si no disponemos de las mencionadas varillas eléctricas, hagamos uso de la típica batidora de mano.
- A continuación vaciaremos el yogur en la mezcla. Preferiblemente, emplearemos un yogur griego natural, de textura más untuosa que los normales. Igualmente, si no disponemos de yogur, podremos prescindir del mismo sin problema.
- Es hora de reconciliar los secos con los húmedos. Con sumo cuidado, iremos vertiendo la mezcla húmeda en el primer bol, donde tenemos la mezcla de secos. Para evitar que los huevos pierdan demasiado aire, los iremos incorporando poco a poco, con una lengua, y a la vez, haciendo movimientos envolventes, como intentando atrapar la harina, sin presionar, simplemente integrando.
- ¿Y el plátano? Os estaréis preguntando. La fruta es siempre más saludable, y más rica, entera. De haberlo triturado, el azúcar intrínseco habría pasado a convertirse en azúcar libre, y nuestro postre ya lleva suficiente. De querer sustituir el azúcar por el menciona eritritol, emplearemos una cantidad sensiblemente mayor, unos 125 g, ya que su poder endulzante no es tan potente.
- Cortaremos pues el plátano en trozos más o menos grandes, para que la fruta pueda verse. De nuevo integraremos el plátano con la lengua, tratando de que quede bien repartido por toda la mezcla. ¡Solo queda hornear!
- Antes de nada forraremos un molde con papel sulfurizado. Si fuera redondo, de unos 30 cm, y en caso de que tuviéramos uno rectangular, como el que se observa en la fotografía, tendría que ser de uno 22 cm aproximadamente.
- Para que el papel quede mejor adherido, con un poco de mantequilla en pomada, barnizaremos todas las caras. Acomodaremos entonces bien el papel, tratando de que no queden pliegues ni zonas sin cubrir. La repostería es sobre todo detalles.
- Colocaremos el molde sobre la rejilla del horno, a una altura media, y cronometraremos 30 minutos. Como siempre, no podemos dar tiempos precisos de cocción, puesto que estos están sujetos a diferentes variables. Al haber empleado harina de avena y cacao, el bizcocho tornará en un color marrón rápidamente, por lo que si cabe, tendremos que estar aún más atentos que con otros tipos de bizcochos., no porque se cueza antes, sino porque a priori su color puede engañarnos.
- Como siempre, para comprobarlo, abriremos la puerta del horno, no mucho, lo suficiente como para colar el brazo, y con un palillo o cuchillo, perforaremos el centro, que es el punto más alto del bizcocho. Una vez lo verifiquemos y salga limpio, significa que está listo para salir del horno. Es importante desmoldarlo rápidamente y ponerlo sobre una rejilla a enfriar.
- Rematar la faena ya es algo que depende de nosotros, pudiendo decorar el exterior del bizcocho de plátano y chocolate con unas nueces o, si lo queremos, con azúcar glas. ¡Ahora solo nos queda rezar, para que al dejarlo sobre la mesa de la cocina, no desaparezca en pocos minutos!
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