- Raciones: 4 Persona(s)
- Tiempo de Preparación: 12
- Tiempo de Cocinado: 20
- Calorías: 360
- Dificultad:
Fácil
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Con la Navidad las mesas se inundan de infinidad de dulces con enjundia, destacando la omnipresencia del turrón, considerado como el bocado por antonomasia de estas fechas. Mucho se ha discutido acerca de sus orígenes, situándose en Italia, sin embargo, sería más preciso ubicarlo en algún lugar de la cuenca Mediterránea, antes de nuestra era. Tampoco se descarta la hipótesis de que surgiera en la antigua Mesopotamia, ya que guarda similitud con el Baklava.
En España arriba de mano de los árabes, que coexistieron en la península con sus habitantes desde el año 711. De dicha mezcolanza de culturas, brotó una nueva forma de entender la repostería, incluyendo ingredientes hasta entonces exóticos como la miel y la almendra. Durante siglos se desarrolló una próspera industria turronera, culminando en el siglo XVIII con la aparición del laureado turrón blando de Jijona, fruto, como tantas otras veces, de la escasez e improvisación.
Ante la escasez de la almendra Marcona y la miel, los jijonencos abogaron por sustituir una pequeña cantidad de esta última por azúcar, logrando una textura más terrosa y masticable. Primitivamente, se molía el turrón duro en un molino de piedra hasta conseguir una masa blanda, más respetuosa con las dentaduras de niños y ancianos. Con el paso del tiempo, la fórmula alcanzó un nuevo nivel tras someter la mezcla a una segunda cocción, mejorando así su textura.
De manera paralela a la industria turronera tradicional, basada casi en exclusiva en el turrón duro, creció la del turrón de Jijona, colándose incluso en la cocina como parte de otras elaboraciones. Para la historia quedan ya platos icónicos como el turrón de foie de mi cuit, presentando como un lingote que se adereza con Pedro Ximénez y que vivió su máximo apogeo gracias a Joan Roca. Presentamos una crema de turrón que promete colarse de lleno en los menús navideños.
Ingredientes
Instrucciones
- Aquí lo primordial consiste en adquirir un buen turrón de Jijona, que contenga, como marca la denominación de origen, al menos un 64% de almendra, manufacturado con ingredientes naturales y carente de conservantes. El Consejo Regulador vela porque los fabricantes cumplan religiosamente con las directrices que marca la noble insignia de la Denominación de Origen.
- En un cazo verteremos la leche junto a la nata y 160 gramos de turrón desmenuzado, llevándolo a ebullición a fuego mínimo. Entretanto, iremos removiéndolo con una varilla para deshacer el turrón, aguardando a que rompa a hervir para retirarlo del fuego y dejar que se atempere. Al mismo tiempo, integraremos la yema con la miel con una varilla, homogenizando la mezcla.
- Lo añadiremos a la mezcla anterior, emulsionándolo a golpe de varilla hasta obtener una crema. Otros optan por triturarlo con una batidora o, incluso, en la Thermomix, con el fin de sacar una textura más fina y aireada. Verteremos la mezcla en vasitos de postre individuales, asentándola con unos pequeños golpecitos en la base y procurando que los bordes no se manchen.
- Filmaremos al ras y refrigeraremos al menos 3 horas antes del servicio, sacándolo justo antes de su consumo. Como sugerencia de presentación, te proponemos desmigar el turrón restante y repartirlo anárquicamente sobre la superficie la crema, pudiendo añadir opcionalmente unas virutas de caco. La crema de turrón acompaña fantásticamente con un bizcocho ligero.
- Se trata como habrás podido comprobar de postre sencillo a la par que sofisticado, que busca darle una vuelta de tuerca a la conservadora tableta de turrón. Por mantecosa, esta crema no solo puede servirse fría, sino que también es posible congelarla, llevando a cabo un rico helado de turrón. Sorprende a tus invitados con una quenelle de helado de turrón y crumble de galleta.
- ¡Qué aproveche!
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