Receta de sorbete de mango

Sorbete de mango

Mousses 2066 Última Actualización: 23/08/2023 Creado: 29/12/2022
Sorbete de mango
  • Raciones: 4 Persona(s)
  • Tiempo de Preparación: 20
  • Tiempo de Cocinado: 150
  • Calorías: 120
  • Dificultad: Fácil


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Hoy os traigo una deliciosa receta de sorbete de mango que sin duda hará las delicias de todos los amantes de esta fruta.

Los sorbetes están pensados para refrescar, aclarar el paladar, y hacer más digeribles las grasas, es por eso que suele servirse entre platos, pero también es frecuente encontrarlo como postre.

El sorbete, a menudo conocido como sorbetto o sorbeto, es el postre helado más antiguo que se conoce, revelándose como el precursor del helado. A diferencia de estos últimos, no integra ninguna clase de elemento graso, eliminando de la ecuación la yema de huevo o la leche.

Los chinos ya elaboraban sorbetes en el año 2500 a.C, toda una hazaña teniendo en cuenta las dificultades que encontrarían para su conservación. Como profundos conocedores del mundo de las especias, comenzaron a realizar sorbetes aromatizados con canela.

Por su parte, los califas de Bagdad, lo contemplaban como una especie de refresco de nieve al que se añadía zumo de frutas. El sorbete de mango es, por tanto, un recuerdo de aquellos primeros bocados helados.

Incluso el mismísimo Alejandro Magno mandaba elaborar sorbetes para sus tropas, al igual que el emperador Nerón, que ordenaba traer nieve de las copas de las montañas albanesas, así como de los glaciares alpinos, deleitando a sus invitados con tan suculento manjar.

En el transcurso del reino de Carlos V en España se asentó el oficio de nevero, encargado de gestionar los depósitos de nieve que alberga el subsuelo de Madrid, destacando en este noble oficio Paulo Xarquíes.

Durante centenares la base de los sorbetes no fue otra que la miel y las frutas, siendo tan apreciados como escasos.

En 1651 llegaría la revolución de mano de un cocinero francés instalado en la corte británica, que deleitó al mundo como el primer helado de crema de leche, fundando años más tarde la primera heladería de la historia.

A continuación llevaremos a cabo un sorbete de mango, fruta que gracias a su composición es capaz de prevenir enfermedades degenerativas, además de otras muchas propiedades y beneficios.

Para un mejor resultado también le incorporaremos zumo de naranja que hará de este sorbete una auténtica obra de arte.

Ingredientes

Instrucciones

  1. Cuando elaboramos un menú especial, la parte más difícil, esta tiene que ver seguramente con el postre. Siempre digo que bajo ningún concepto hay que descuidar el último plato, ya que esté es determinante a la hora de formarnos una opinión sobre el conjunto. El sorbete de mango y naranja es un postre socorrido, ideal para esos días en los que acuden invitados a casa de imprevisto.
  2. Un mango suele pesar alrededor de 300 g., por lo que necesitaremos dos para esta receta. Cerciórate de que se encuentra en un estado óptimo de maduración, puesto que si aún se encontrara verde, el sabor no sería tan dulce, sino más bien tirando a ácido. Lo pelaremos con una puntilla o pelapatatas bien afilado, separando la carne del hueso, aprovechando toda la fruta.
  3. Licuaremos la pulpa desechando parte de la fibra. Lo aconsejable es hacerlo mediante una batidora de vaso, robot de cocina u otro aparato capaz de alcanzar altas revoluciones, dado que nos interesa obtener un puré lo más fino posible. En caso de que lo veamos grueso podemos pasarlo por un chino, haciendo presión con el envés de una cuchara para sacar todo el jugo posible.
  4. Verteremos el resultado en un cazo de pequeñas dimensiones, colocándola a fuego mínimo junto al azúcar y el zumo de naranja. Extraeremos el jugo de las naranjas previamente con un exprimidor, eliminando también la pulpa después con una estameña o colador. Con una varilla, iremos disolviendo los cristales de azúcar, consiguiendo un zumo dulce y apetecible.
  5. Retiraremos el cazo del calor, y añadiremos el alcohol deseado. En nuestro caso he optado por ron blanco, pero podéis utilizar cualquier destilado, siempre y cuando no sea oscuro. La ginebra o el vodka son dos fantásticas opciones. Si el alcohol no fuera de nuestro agrado o el sorbete estuviera destinado a los más pequeños, sustituiremos esa parte por el equivalente en zumo.
  6. Mezclaremos vigorosamente con la varilla homogeneizando la mezcla. Echaremos el sorbete en un tupper, preferiblemente de cristal, lo taparemos y mandaremos al frigorífico por un tiempo no inferior a dos horas. Entretanto, batiremos las claras a punto de nieve. Cogeremos un bol impoluto, y con las claras a temperatura ambiente, batiremos enérgicamente con una varilla.
  7. Agregaremos una pizca de sal, e iremos ejecutando movimientos envolventes, de abajo hacia a arriba, tratando de insuflar aire a la mezcla. El proceso puede acelerarse usando unas varillas eléctricas, aunque tampoco se hacen imprescindibles. Las claras tornarán a un color lechoso, al mismo tiempo que cogerán volumen. Buscamos un punto fuerte para que no colapsen.
  8. Sacaremos el zumo de mango y naranja de la nevera e integraremos las claras, empleando para ello una lengua. Nuevamente, trazaremos movientes envolventes, de arriba a abajo, sin tención de de batir, simplemente de uniformar la mezcla. Ten paciencia y describe movimientos suaves, evitando así que se baje. Taparemos de nuevo y lo guardaremos en el congelador durante 2 horas.
  9. En el transcurso de este tiempo, y a intervalos de 30 minutos, lo sacaremos para volver a mezclarlo con una cuchara. Esto es precisamente lo que haría de manera un poco más sofisticada la Pacojet. Airea el sorbete y le confiere una textura menos compacta y, por tanto, más agradable en boca. Hasta 4 veces como mínimo removeremos la mezcla rompiendo y aplastando con una cuchara.
  10. Una opción muchísimo más económica y que igualmente te puede ahorrar mucho trabajo si vas a hacer habitualmente sorbetes podría ser la heladera Ninja que te servirá además para hacerte helados y batidos.
  11. Como sugerencia de presentación os propongo repartirlo en copas individuales con un sacabolas, y coronar con una hoja de menta, canutillos de chocolate, fresa liofilizada o cualquier topping ingeniosa que se os ocurra y sume enteros al resultado final. Recuerda que en los pequeños detalles está la distinción. Escarchar el borde de la copa o vaso es otra fantástica opción.
  12. ¡Qué aproveche!

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Autor Cristina Cristina

¡Hola! Mi nombre es Cristina, soy cordobesa y además de diseñadora me encanta la cocina. ¡Espero que disfrutes haciendo mis recetas tanto como yo!


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