Receta de tarta de queso mascarpone y yogur sin horno

Tarta de queso mascarpone y yogur sin horno

Tartas 3711 Última Actualización: 18/07/2023 Creado: 18/07/2023
Tarta de queso mascarpone y yogur sin horno
  • Raciones: 8 Persona(s)
  • Tiempo de Preparación: 25
  • Tiempo de Cocinado: -
  • Calorías: 380
  • Dificultad: Fácil


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La creciente popularidad de la tarta de queso, mascarpone y yogur sin horno no es casualidad, sino que obedece a una serie de virtudes: sabor, textura y sencillez. Universalmente conocida, la tarta de queso ocupa un lugar especial en la memoria gustativa, desplegando un desfile de sabores muy palatables que la convierten en el bocado preferido por muchos en la sobremesa. Detrás de esta deliciosa tarta existen siglos y siglos de refinamiento; ensayo y error.

Originaria de la Antigua Grecia, encontramos los primeros vestigios en el año 2000 a.C, concretamente en la Isla de Samos, frente a la costa de la actual Turquía. No es hasta el año 230 d. C cuando se recoge el primer testimonio escrito de su existencia, a cargo del escritor Ateneo. La fórmula simplemente mezclaba queso con miel y harina, calentando la masa que posteriormente se dejaba enfriar antes de consumir. Altamente protética, constituía parte de la dieta de los atletas.

Cuando los romanos conquistaron Grecia, saquearon, entre otras cosas, su inmenso legado cultural, entre el cual se encontraba la tarta de queso, rebautizada desde entonces como Libuna. Adicionalmente, le agregaron huevos, cociéndola entre ladrillos calientes, conformado de este modo una versión mucho más similar a la actual. Normalmente, se servía con motivo de la celebración de algún banquete especial, desatacando su carácter festivo y singular.

Los romanos consiguieron extender su influencia por toda Europa, asentando así las bases de la civilización y la gastronomía de los territorios que ocupaban. Tuvimos que esperar al siglo XVIII para que la tarta de queso arribara en el Nuevo Mundo de mano de los primeros colones europeos. Allí, en Estados Unidos, se cocinaría por primera vez en 1872 la tarta de queso por antonomasia, añadiendo queso Philadelphia, traspasando fronteras y convirtiéndose en referente.

Ingredientes

Instrucciones

  1. De entre todas las recetas de tartas donde el queso es protagonista indiscutible, la tarta de queso mascarpone y yogur sin horno es sin lugar a dudas una de las más socorridas, y no por ello menos rica. Comenzaremos triturando unas galletas de nuestra elección, escogiendo en este caso unas Lotus que aportarán un toque acaramelado. Envolveremos la mantequilla en papel film.
  2. Manosearemos la mantequilla hasta conseguir una textura de pomada o crema, mezclándola con la galleta y obteniendo una especie de masa terrosa homogénea. En un molde de 20 cm desmontable previamente engrasado y cubierto con papel de horno, echaremos la masa resultante, repartiéndola uniformemente al mismo tiempo que la compactamos con brío.
  3. Podemos utilizar el envés de una cuchara para dicha tarea. Entretanto, colocaremos el queso mascarpone en un bol grande, seguido de la nata líquida. Batiremos enérgicamente formando una crema perfectamente uniforme, de consistencia lisa, brillante y sin grumos. Incorporaremos los yogures naturales, el azúcar y el zumo de un limón, integrándolo en la mezcla con unas varillas.
  4. A continuación, la verteremos sobre la base de las galletas, procurando no elevar mucho el bol ni hacerlo muy rápidamente, pues la crema podría levantar la galleta chafando la base. Terminaremos espolvoreando un poco más azúcar glas por encima con la ayuda de un colador, mandándola a la nevera perfectamente filmada por al menos 3 horas, o hasta que tome cuerpo.
  5. Finalmente, transcurrido el tiempo, desmoldaremos la tarta y la decoraremos con fruta fresca, preferiblemente fresas, frambuesas o similares que aporten un punto de acidez. Quizá te hayas sorprendido al no encontrar gelatina entre su composición, sin embargo, es perfectamente factible prescindir de ella, consiguiendo de este modo una textura mucho más cremosa.
  6. Evidentemente, no sustituye a una tarta de queso horneada, aunque sí dará el pego y nos podrá sacar de un apuro cuando el tiempo juegue en nuestra contra. Algo que me fascina de la tarta de queso es su versatilidad, pues sus ingredientes, principalmente grasos y de sabor tirando a neutro, toleran excepcionalmente cualquier tipo de ingrediente, adaptándose a cualquier circunstancia.
  7. Podemos aprovechar la capa superior de la tarta para vestirla como queramos, o bien con una gelatina de fruta o, incluso, con una cobertura de chocolate negro y naranja. Asimismo, una simple mermelada tendrá una presencia incuestionable, o tal vez nos apetezca cubrirla con una crema de yemas de huevo. De lo que estamos convencidos es de que no dejará indiferente a nadie.
  8. ¡Qué aproveche!

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Autor Cristina Cristina

¡Hola! Mi nombre es Cristina, soy cordobesa y además de diseñadora me encanta la cocina. ¡Espero que disfrutes haciendo mis recetas tanto como yo!


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